Pero si sé algo de ellos, sé bien que todos llegan y que además todos, TODOS, tienen el sabor agridulce de haber acabado algo, el placer que duele, el placer que grita por dentro... y realmente no sé bien si estos merecen la pena y no sé más de los ellos, tan solo que llegan y que estos dejan un sabor amargo que saboreamos con nostalgia.
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