Psicodelia:
Paredes blancas y húmedas
Una vieja y chirriante ventana
Una puerta marcada por la rabia y la furia
En la búsqueda del imposible nirvana
Una vieja y chirriante ventana
Una puerta marcada por la rabia y la furia
En la búsqueda del imposible nirvana
Se encuentra rodeado de extrañas voces
Que le gritan y al mismo tiempo le susurran
Convenciéndole de que ya nada es real
Y que no hay motivo para más lucha
Que le gritan y al mismo tiempo le susurran
Convenciéndole de que ya nada es real
Y que no hay motivo para más lucha
Dejándose llevar por esa exótica melodía
De la que no se sabe si hay posibilidad de escapar
Se sumerge sin saberlo en un mundo de fantasía
En el que todo aún siendo imposible parece real
De la que no se sabe si hay posibilidad de escapar
Se sumerge sin saberlo en un mundo de fantasía
En el que todo aún siendo imposible parece real
Es un sonido prolongado con pequeños altibajos
Son sentimientos confusos sin dirección alguna
Son imágenes llenas de colores que aun no se han inventado
Y emociones que vagan huyendo de la más oscura penumbra
Son sentimientos confusos sin dirección alguna
Son imágenes llenas de colores que aun no se han inventado
Y emociones que vagan huyendo de la más oscura penumbra
Son ondas que sobrevuelan el subconsciente
Son fotogramas ilusionistas
Son indicios somnolientos
De que su mente a la psicodelia se ha vuelto adicta
Son fotogramas ilusionistas
Son indicios somnolientos
De que su mente a la psicodelia se ha vuelto adicta
Y ahora él, sentado, mirando el oscuro cielo
Se pregunta qué acaba de pasar
Y aunque a simple vista nada ha cambiado
Algo en su vida no ha hecho más que comenzar
Se pregunta qué acaba de pasar
Y aunque a simple vista nada ha cambiado
Algo en su vida no ha hecho más que comenzar
Por Helena Quintana
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