Perdiendo los nervios
Perdiendo los papelesPerdiendo el tiempo
Perdiendo el equilibrio.
Perdiendo el control
Perdiendo el eje.
Perdiendo la virginidad.
Perdiendo la soltura.
Perdiendo la confianza
Perdiendo la compostura
Perdiendo la cabeza
Perdiendo el taxiPerdiendo una amistad
Perdiendo terreno
Perdiendo altura
Perdiendo peso
Perdiendo la guerra
Perdiendo la fe
Perdiendo memoria, dinero, papeles, caché, juventud...
Todo esto TODO lo terminamos perdiendo... Pero lo demás, lo que nos rodea, lo que nos jugamos, lo que sentimos, lo que experimentamos, lo ganamos, y esa lista no termina.Y lo que de veras nunca podemos perder por nada del mundo, es nuestra autenticidad que nos hace únicos, y por ello nos hace personas.
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