Morada

Grey y Säens eran uno. Convivían en un mismo cuerpo pero cada uno poseía distintas voces. Grey analizaba la vida desde la montura oscura de sus gafas. Bolígrafo en mano unía razones por las que morir y vivir en tramas obsoletas y que nunca poseían un fin. Säens era bien distinto. Deseaba el lunar derecho e inalcanzable de su mejilla, era onda en el viento, tristeza en la noche y luz en la mañana. Era rotundamente imperfecto. Inacabado. Tan pronto se aferraba a la vida como la soltaba y la dejaba volar... Muchas veces Grey con amarga melancolía acallaba los impulsos de Säens que ansiaban de libertad, Grey, que era ante todo cauto e inteligente sabía bien que alcanzar la libertad en un mundo de esclavos era una condena.

A veces discutían ambos dentro del cuerpo. Intentaban deshacerse el uno del otro para poder abarcar con todo el poder de uno a Neige, la persona en la que moraban.
-Hermanito... No te engañes, nunca le darás una vida fácil a Neige. Le harás daño y con tus ansias de volar le llevarás a la locura.
-Pero le daré una vida llena de pasión y de verdad.
-Los humanos no quieren verdades Saëns, no al menos de esas de las tuyas. Sienten pavor por la verdad al igual que les pasa con las grandes personas... La música le relegará a la soledad más absoluta, ¿ de verdad quieres eso?
-¿Acaso hay opción Grey? Ocultar tus secretos en personajes no te hace más fuerte, ni te hace ser libre. Neige nunca tendrá razones suficientes por las que vivir, ni por las que morir. No podrá sentir el frío de las sábanas ni el aliento cálido de la madera en su cuello...
-Se enamorará, y se sentirá débil al lado de esa persona con la que podrá ser totalmente pleno.
-No te engañes Grey, nunca él por si solo podrá sentirse completo y grávido. Esa persona cubrirá huecos, lo rellenará como a un molde, lo domará... !Maldita sea Grey, Neige se derretirá como la nieve en abril¡
-Eres su lado enfermo... Déjale marchar o lo acabarás matando...
- Sí tú estás aquí no lo mataré, Grey, te lo prometo. Tal vez te haga difícil escribir, como tu me harás difícil sentir con Neige, pero juntos haremos de él algo nuevo y diferente, una mezcla agridulce. Tal vez será una bella persona.
- El mundo necesita personas bonitas, convirtámoslo en un instrumento del arte.

Grey y Säens disponían su tiempo en llenar de paz a Neige. Los otoños eran escarlata a ojos del músico y ululares de viento a oídos del escritor. Eran diferentes y dispares. Neige era consciente de las dos vidas que albergaba, las sentía en el palpitar estrecho de su corazón con sus huesos... Se deshacían en el ambas personas para convertirle en una. A veces no se sentía del todo él si no todo lo contrario, se veía más una mezcla de lo que la naturaleza a la que no alcanzaba conocer le había llevado a ser.

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