El Desaliento.

Son símbolos. Nunca os lo dije, pero lo son. Difíciles, obtusos... Nunca dicen lo que uno quiere escuchar. Para entenderlos, hay que conocerme demasiado bien. Ni yo los trato de comprender. No lo hagas tú. No interpretes conclusiones tuyas. Son erróneas. Me desalientan, me inducen a dejarlo. Tú, afortunadamente no llevas mi carga. No eres capaz de sentir el peso del infinito Universo sobre tus hombros.
Siéntete como mínimo afortunado. Así que, no obvies conclusiones que no te son otorgadas, léeme desde la incertidumbre. No juegues a las adivinanzas, porque aun acertando errarás. Lo harás conmigo. Volviendo mi escribir más difícil y pesado. Creando un temor en mis entrañas.

No me conozcas. No sepas nada de mí, que aun sabiendo seré imposible. Si juegas a adivinar dejaré de escribir en público y me alejaré de tu vida. Porque si algo me impulsa a seguir aquí es la ignorancia, las sombras que tú, en un hálito de soberbia tratas de iluminar.

Nos mintieron, no somos seres racionales. Somos una partida hacia el mundo de lo irracional y lo imposible. Eso nos hace únicos, bellos... Almas.

1 comentario:

  1. No sé bien qué decir sobre esta entrada, pero tiene algo que me encanta :)

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muchas gracias por comentar