No entiendo como se puede echar tanto de menos a alguien, como puedes extrañar la sensación de levantarte de aquella cama a las cinco de la mañana para que el perro saliese de la habitación, y volver a entrar en ese sueño profundo, de despertarme con al luz del amanecer, de dormirme cuando las sombras de la madrugada crean el silencio espectral... Increíblemente, echo de menos, aquella sintonía que todas las mañanas escuchábamos en el coche, el Honey Bee, la música country, a Brinnie... No sé como puedo extrañar aquellos atardeceres, la luz dorada que nos rozaba con tacto cálido, la piscina de Aurora, a Pauline, a los Beavers, a los paseos que dábamos descalzos por South Espana street, a mis Ables, al verano de los 15... Colfax street, una calle que inspiraba, una calle, que cruzaba medio Estados Unidos, que atravesaba Denver, que brillaba... siento un enorme vacío en mi interior, que nada puede ocupar, pero aún así, se me dibuja una sonrisa cada vez que pienso en ellos, en Isa, en Ignacio, en Centennial... A veces maduramos, maduramos de un verano a otro, porque es cuando nuestra vida cambia, y la damos otro sentido, ahora entiendo el valor de las cosas, entiendo que no hace falta llorar para recordar, que cuando de verdad echamos de menos a alguien sonreímos, pensando en ellos, sonreímos felices por poder recordarlos como algo que ha cambiado tu vida.
Este es mi blog, mi trocito de paz en el día, el lugar en el que juego a imaginar a crear y destruir, conversaciones que nunca deberieron de tener lugar, palabras que destrozan y enamoran, ideas imposibles y pensamientos únicos... espero que disfrutéis con él como lo hago yo
Denver
Y encontré Denver... Llegabas a través de Colfax road, esta calle atravesaba las zonas más ricas de la ciudad, el barrio chino y el río...Llegaba hasta la meseta de Wyoming o las llanuras de Arkansas. Colfax road, me llevó al dowtown de Denver, el sol que resbalaba irregular por la silueta de las Rocosas dejaba un reflejo dorado sobre los rascacielos... Denver
Un sueño.
Una promesa cumplida.
Un inolvidable recuerdo.
Una familia.
Una vida...
más que un país.
USA
Al fin y al cabo, cuentos chinos
¿Nos mienten continuamente?, sí, lo hacen, lo hacen todos, nos dicen que somos perfectos, sino mira un anuncio, nos dicen que si usamos esa colonia tendremos un cuerpazo, que si las llamadas te saldrán gratuitas, que si no nos comemos la papilla el coco vendrá a por nosotros, que la vida son dos días, que todo es maravilloso... Y entonces llegas y te topas con la vida, y te das de buces, te golpea en toda la cara, te dice hola esta soy yo y es como si nunca hubieras saboreado qué es vivir.
A veces me siento frustrado, porque sueño con películas, porque me imagino con todas esas cualidades de esos personajes de novela, imagino a los demás así, imagino situaciones perfectas, miradas románticas, finales felices, princesas de cuento, amigos geniales... ¿Y que pasa? que no lo encuentras, y te frustas porque te das cuenta que todos esos actores tienen 24 años, y no tienes nada que ver con ellos, y están tan solo interpretando un rol que no se puede vivir.
Por eso prefiero no vivir engañado, sufrir, entender que yo no elegí todo aquello que me tocó, comprender que soy así y punto, que no existen las princesas ni los tres metros sobre el cielo,ni el grupo de amigos ideal, ni los centros, al menos no para mí, que he elegido no creerme todos esos cuentos chinos, que no existen las excepciones, que hay reglas, que al fin yal cabo no todo es como queremos, ni como pensamos, es como debe ser.
A veces me siento frustrado, porque sueño con películas, porque me imagino con todas esas cualidades de esos personajes de novela, imagino a los demás así, imagino situaciones perfectas, miradas románticas, finales felices, princesas de cuento, amigos geniales... ¿Y que pasa? que no lo encuentras, y te frustas porque te das cuenta que todos esos actores tienen 24 años, y no tienes nada que ver con ellos, y están tan solo interpretando un rol que no se puede vivir.
Por eso prefiero no vivir engañado, sufrir, entender que yo no elegí todo aquello que me tocó, comprender que soy así y punto, que no existen las princesas ni los tres metros sobre el cielo,ni el grupo de amigos ideal, ni los centros, al menos no para mí, que he elegido no creerme todos esos cuentos chinos, que no existen las excepciones, que hay reglas, que al fin yal cabo no todo es como queremos, ni como pensamos, es como debe ser.
Una cajita de música
Las palabras se enterraron cuando te dije adiós.
Y tan solo quedaron recuerdos y una caja de música.
el paisaje desolado de la nada.
Hace frío, la niebla nubla mi vista, solo recuerdo una melodía que me atormenta en mi soledad, no me encuentro bien ni mal, tan solo no me encuentro, no siento...
Sobre mis hombros siguen cayendo copos de nieve, las manos están bajo el psicodélico estado somnoliento del hielo, los árboles están como muertos, también sumidos al sueño del invierno, el paisaje desolado de la nada, el rincón de los momentos rotos, de las lágrimas no lloradas, de los días muertos, de los gritos apagados, de las risas estropeadas, y los llantos desconcertantes...
Allí quedo tendido una vez más, en ese recóndito lugar, no encuentro nada, solo soledad...Siento que poco a poco me muero por dentro, juego a idear un futuro imposible, un sueño frustrado por la realidad, pronto volveré a casa, pero ahora tan solo quiero no sentir nada, por un instante, intentar pensar que no existo, mi historia debería ser escrita, para que este paisaje, el paisaje desolado de la nada quede inmortalizado por siempre.

Sobre mis hombros siguen cayendo copos de nieve, las manos están bajo el psicodélico estado somnoliento del hielo, los árboles están como muertos, también sumidos al sueño del invierno, el paisaje desolado de la nada, el rincón de los momentos rotos, de las lágrimas no lloradas, de los días muertos, de los gritos apagados, de las risas estropeadas, y los llantos desconcertantes...
Allí quedo tendido una vez más, en ese recóndito lugar, no encuentro nada, solo soledad...Siento que poco a poco me muero por dentro, juego a idear un futuro imposible, un sueño frustrado por la realidad, pronto volveré a casa, pero ahora tan solo quiero no sentir nada, por un instante, intentar pensar que no existo, mi historia debería ser escrita, para que este paisaje, el paisaje desolado de la nada quede inmortalizado por siempre.
Only you
No elegimos como nacemos pero si como cambiamos.
Diferentes
Camino y huyo del conservatorio, mis pasos son rápidos, rompen impasibles el asfalto... Me siento indefenso, ayer me arrebataron la pizca de belleza que se podía tal vez detectar en mi rostro, me cortaron el pelo y ahora mis orejas se lucían como haciendo burla de mi... Temía lo que pensaran los demás, pero algo cambió, en mi paranoia que entremezclaba una realidad con una fantasía que solo mi mente conocía algo cambió...
Miraba a la gente, no podía creer que todos nos aferrásemos a una filosofía, a una ley, no se podía englobar todo lo que nos rodeaba en algo en una sola cosa... Eran historias, tantas caras, tantas miradas distintas, que se limitaban a no decir nada, tantos aspectos diferentes...
Y me crucé con un vagabundo, tenía un aspecto horriblemente greñoso, pero siempre le había visto igual, y no sé si es que a él le gustaba o los demás le habían dicho que así mostraba su personalidad, o tal vez no se haya querido reparar a mirarse a la cara, por verguenza...
Era otra historia diferente, una historia que había perdido el rumbo, que no se podía adaptar a mi forma de ver la vida, resultaba incapaz de verse sumida en mi realidad...
Bajaba el bulevar más bonito de Vegueta, y aquí se podía respirar armonía... Seguía observando ya como una tarea agradable y con un toque de humor, veía muchas gafas ray-ban, muchas fotocopias modelos idénticos, personalidades sin trabajar, tímidos, vagos descuidados, dulces, madres que jugaban con su niños a las batallas, y otras que en cambio les llevaban de compras, personas egoístas, enfadadas, dolidas defraudadas, enamorados, góticos, perdidos y turistas, que pisaban fuerte, que no hacían nada...
No entendía bien lo que hacía pero me había quedado una cosa clara, somos diferentes.
Miraba a la gente, no podía creer que todos nos aferrásemos a una filosofía, a una ley, no se podía englobar todo lo que nos rodeaba en algo en una sola cosa... Eran historias, tantas caras, tantas miradas distintas, que se limitaban a no decir nada, tantos aspectos diferentes...
Y me crucé con un vagabundo, tenía un aspecto horriblemente greñoso, pero siempre le había visto igual, y no sé si es que a él le gustaba o los demás le habían dicho que así mostraba su personalidad, o tal vez no se haya querido reparar a mirarse a la cara, por verguenza...
Era otra historia diferente, una historia que había perdido el rumbo, que no se podía adaptar a mi forma de ver la vida, resultaba incapaz de verse sumida en mi realidad...
Bajaba el bulevar más bonito de Vegueta, y aquí se podía respirar armonía... Seguía observando ya como una tarea agradable y con un toque de humor, veía muchas gafas ray-ban, muchas fotocopias modelos idénticos, personalidades sin trabajar, tímidos, vagos descuidados, dulces, madres que jugaban con su niños a las batallas, y otras que en cambio les llevaban de compras, personas egoístas, enfadadas, dolidas defraudadas, enamorados, góticos, perdidos y turistas, que pisaban fuerte, que no hacían nada...
No entendía bien lo que hacía pero me había quedado una cosa clara, somos diferentes.
Sin alas.
-¿Pero tan mal estás aquí?-
-Sí, estoy fatal-
-No entiendo porqué la verdad...-
Para ti es todo más fácil verdad, pues yo te explico, porque no tengo una pandilla de niños y niñas guapísimas que me montan fiestas sorpresas, ni porque tengo una novia linda con la que pasar mis días, porque aquí siento que me han cortado las alas, que me han domesticado me han moldeado, me han obligado a ser algo que no soy, porque lo que realmente quiero es ser libre.-
-Sí, estoy fatal-
-No entiendo porqué la verdad...-
Para ti es todo más fácil verdad, pues yo te explico, porque no tengo una pandilla de niños y niñas guapísimas que me montan fiestas sorpresas, ni porque tengo una novia linda con la que pasar mis días, porque aquí siento que me han cortado las alas, que me han domesticado me han moldeado, me han obligado a ser algo que no soy, porque lo que realmente quiero es ser libre.-
Sin barreras.
Si realmente somos dueños de nuestro propio destino, este no existe, somos libres...
Mira al cielo, está saliendo el sol,, la lluvia se desvanece
Marta.
Marta luce un pañuelo siempre a la cabeza, y bajo su aspecto blanquecino, que hace que recorra la ciudad como un espectro de no ser por su sonrisa, siempre grabada en su cara, como intentando aullentar todo el horror que la rodea. Por donde pasa deja un olor a colonia que plasma una primavera anticipada, una flor dulce, por donde pasa sale el sol, y brilla el cielo...
Pero su mirada también era triste, sabía que no iba a llegar a los sesenta, se mira en el espejo y no se encuentra, le duelen las cicatrices de su rostro. Canta aunque le de vergüenza, y también sabe bailar, con su sombrero de paja parece una actriz, como de ensueño, y además tiene el arte especial de saber montar en bici de un modo tan sexy.
Y ahora ha volado, y ni siquiera le he dicho adiós. Ya no queda nada de ella, unos zapatos sin dueño, un cuarto sin habitante, un puñado de pañuelos sin cabeza, unas lágrimas desconsoladas, y su recuerdo,
pero nada más. Ella era la reina del lugar, Madrid se ha quedado más vacío, lo noto, o seré yo, que me alejo de este por mi dolor, le gustaba vivir, aunque casi no podía seguir, tenía el plan de volar, pero no avisó a nadie y se fue, dejándome solo, en este mundo raro, llevándose con ella mis ganas de reír, ya no dice nada y yo grito por lo que ella no pudo gritar, por lo que aguantó, con todo lo que no pudo y calló. Tenía todo planeado, como irse, que zapatos ponerse, y nadie se enteró de su hazaña. Se fue en silencio. Era muy linda andando, con sus ojitos verdes sus manos afiladas y su naricita pequeña, blanquita como la primera nevada, y con sus pecas que le manchaban la cara de forma tan graciosa... Marta.
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